domingo, 13 de abril de 2008

En la memoria



Algo se muere en el alma cuando un amigo se va.
Cuando un amigo se va y va dejando una huella que no se puede borrar,
No te vayas todavía, no te vayas por favor,
no te vayas todavía que hasta la cuadrilla tuya llora cuando dice adiós.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al no tener palabras para expresar lo que siento por la perdida, de un gran amigo, aprovecho estas palabra que publica hoy sabado 19 abril nuestro hermano Jose Luis Pons en el periodico local odiel informacion, y me parece que os llegaran al corazon al igual que ami.

Jose Luis Pons:

El cielo está llamando...

Hoy suenan de otra manera estos varales". Quizás quisiera decir algo Dios, y como siempre, no quisimos escucharle.

Hoy suena de otra manera estos varales y el racheo pausado de Los Estudiantes, decían los buenos cofrades de mi Huelva cuando pasaba el Cristo de la Sangre. También lo sabían los nazarenos, costaleros y capataces.

Hoy suena de otra manera el Martes. Y mientras, uno de nuestros jóvenes hermanos convaleciente, viéndolo por una pequeña televisión, podía imaginarse en cualquier lugar del protocolo de su Hermandad, porque estuvo en todos los sitios donde hizo falta cuando su delicada salud se lo permitía.

Y es que este año estaban llamando "al palo" desde el Cielo, y ni el mismo Rafa lo sabía. Quizás nos dio miedo saber que allá arriba necesitaban pronto un hermano nuestro, un gran cofrade, un buen costalero. El cielo llamaba adentro a la cuadrilla y no quisimos escucharle, porque eran voces cantadas por racheos, oraciones y varales. Eran voces de otro mundo contenidas en las lágrimas de la Virgen del Valle y en el último suspiro de nuestro Cristo de la Sangre. Pero era cierto, que sonaba un ¡atento que voy a llamá! dentro de la Parroquia de San Sebastián cuando muchos de nosotros barríamos la cera reciente entrada la madrugada. Y era mi Cristo que llamaba "al palo", dentro de ese Federico Mayo que tenemos en el Cielo, donde ya está nuestro Rafa, como siempre, sonriendo…

¡Al palo! Los cabezos del conquero.

¡Al palo! La Plaza Niña y contraluces del Humilladero.

¡Al palo! El pasaje Cristo de la Sangre.

¡Al palo! Los recuerdos del mercado viejo.

¡Al palo! La ermita de la Soledad y las lágrimas de Montrocal.

¡Al palo! Todas las cofradías de Huelva y todos sus costaleros.

¡Al palo! Atardeceres naranjas de la ría y la marisma.

¡Al palo! Los vellos de punta de ver a Cristo muerto.

¡Al palo! Palomas del muelle y vencejos de la placeta.

¡Al palo! La luna entre las palmeras de Santa Fe y placita de San Pedro.

¡Al palo! El Silencio cofrade y el canto de una saeta.

¡Al palo! El niño de la Virgen de la Cinta y San

Sebastián bendito.

¡Al palo! Una "levantá a recogé" y un retranqueo en las noches frías y desiertas.

¡Al palo! Todas las puntadas del manto "bordao" de La Esperanza Marinera, y el pavo real que bordó nuestro Rafa, el mismo que lo ha llevado volando a los pies de Ella.

¡Atentos que voy a llamá! -Dijo Dios- ¡Que está sonando el martillo del cielo! ¡Tos por igual, valientes! ¡A ésta es! … y un gran choquero abrazado a su Cristo de la Sangre se fue al Cielo…

Ninguno de nosotros quiso ver como en los bellos ojos de nuestro Valle se reflejaba la eterna sonrisa de nuestro hermano Rafa Quintero.

Me lo dijo un contraguía el pasado Martes y yo no quise escucharle: No se que pasa, pero… ¡hoy suenan de otra manera estos varales!